Principios Básicos de la BIBLIA
ESTUDIO 7: EL ORIGEN DE JESÚS
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DIGRESIÓN 22: JESÚS HISTÓRICO

Si, como afirman algunos, no hay evidencia de que Jesús de Nazareth haya existido, entonces la existencia misma del cristianismo es difícil de explicar. Esperar que alguien crea que millones de personas durante los pasados 2000 años han basado sus creencias en alguien que nunca existió, y tener una fe tan intensa en él que fueron motivados a difundir su fe en él a nivel mundial, a menudo a riesgo de persecución y muerte, es pedir algo inconcebible. Cristianos y judíos por lo general no tienen dificultad para aceptar que Mahoma existió, aunque rechazan sus pretenciones y enseñanzas. En verdad, aceptamos que los más famosos personajes históricos existieron sin exigir una revisión crítica de la evidencia. Frecuentemente se han hecho análisis de acontecimientos históricos de amplia aceptación, por ejemplo, que en 1066 se produjo la batalla de Hastings, pero hemos encontrado difícil de obtener una evidencia concreta.

El hecho de que algunos nieguen tan intensamente la existencia misma de Jesús de Nazaret es sin duda indicativo de una reacción extrema, un deseo de encontrar una excusa conveniente para no hacer frente a las razones para aceptar su Mesiazgo. Esto es especialmente cierto cuando se reconoce que los primeros judíos mismos aceptaron que en el primer siglo existió una persona llamada Jesús. Las siguientes evidencias históricas de la existencia de Jesús de Nazaret muestran que de ninguna manera se le puede desechar como invención teológica de los hombres. Mucha información útil de esta sección se seleccionó de Gary Habermas, ‘Ancient Evidence for the Life of Jesus’ (Antigua Evidencia de la Vida de Jesús).

1. Tácito fue un historiador romano cuyos dos libros principales acerca del primer siglo (‘Annals’ y ‘Histories’) mencionan a Jesús y al cristianismo. En los ‘Annals’ (Anales), cerca del año 115 de nuestra era, escribió:

"Una clase odiada por sus abominaciones, llamados cristianos por el populacho. Christus, de quien se originó el nombre, sufrió la pena capital durante el reinado de Tiberio, por sentencia de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilatos".

El emperador Tiberio reinó entre los años 14-37 de nuestra era, durante cuyo período Cristo fue ajusticiado, conforme a estos anales. Tácito también describe cómo las creencias de este grupo "surgieron no solamente en Judea, donde comenzaron [estas ideas], sino incluso en Roma", y él continúa describiendo cómo los cristianos eran odiados en todas partes, y muchos fueron muertos en Roma. Todo esto concuerda con el relato del Nuevo Testamento acerca de Jesús, ya que los discípulos y los apóstoles difundieron sus enseñanzas primeramente en Judea, y luego por todo el mundo romano, incluso Roma, encontrando gran oposición.

2. Suetonio, otro historiados romano, comentó sobre el reinado de Claudio (41-54 de nuestra era): "Debido a que los judíos en Roma constantemente causaban disturbios por instigación de Cresto, él [Claudio] los expulsó de la ciudad". "Cresto" es otra forma de escribir "Cristo". Incidentalmente, Hechos 18:2 describe cómo una pareja de judíos llamados Aquila y Priscila tuvieron que salir de Roma debido a la persecución de los judíos.

Después Suetonio comenta acerca de la persecución de los cristianos en el reinado de Nerón:

"Después del gran incendio de Roma... también se aplicaron castigos a los cristianos, una secta que profesaba una creencia nueva y malévola". Esta referencia a la existencia de un grupo llamados "cristianos" en el primer siglo sugiere que una persona llamada "Cristo" existió a comienzos de ese siglo.

3. F.F. Bruce ("Christian Origins", pgs, 29,30) señala el hecho de que hay referencias a una historia del Mediterráneo oriental escrita por un historiador llamado Thallus cerca del año 52 de nuestra era. Bruce muestra en otro libro (The New Testament Documents" pg. 113) que un erudito llamado Julio Africano, citó a Thallus, mofándose de la descripción que éste hace de las tinieblas que se produjeron durante la crucifixión de Jesús atribuyéndolas a un eclipse de sol. Esto sugiere que Thallus escribió un relato de la crucifixión de Jesús, la cual ocurrió algunos años antes de que él escribiera su historia en el año 52 de nuestra era.

4. Plinio, un oficial del Gobierno Romano, menciona detalladamente la existencia de un grupo de personas muy activas llamadas cristianas en los últimos años del primer siglo. El describe la forma en que ellos efectuaban el servicio recordatorio: "Tenían la costumbre de reunirse en un cierto día fijo antes de que amaneciera, cuando cantaban en estrofas alternadas un himno a Cristo" ("Cartas de Plinio" traducido al inglés por W. Melmoth, Vol 2, X:96). Los emperadores romanos, Trajano y Adriano, mencionaron el problema de tratar con los cristianos. Para referencias de esto, véase "Carta a Plinio", Vol.2, X:97 y la Historia Eclesiástica, de Eusebio, IV:IX, respectivamente. La existencia de este grupo desde el primer siglo y su extraordinaria tenacidad durante las persecuciones sugeriría que ellos eran seguidores de un personaje histórico real que vivió en el primer siglo.

5. El Talmud, un libro sagrado judío, en Sanedrín 43a se refiere a la muerte de Jesús. Es aceptado que esta parte del Talmud data del primer período de la compilación de ese libro (es decir, en los años 70 a 200 de nuestra era):

"En la víspera de la pascua Yeshu [Jesús] fue colgado. Durante 40 días antes de que se realizara la ejecución, un heraldo proclamó: ‘Él va a ser apedreado porque ha practicado la brujería y ha incitado a Israel a que apostatara. Cualquiera que pueda decir algo a su favor, que pase adelante en su defensa’. Pero en vista de que nada se presentó en su favor, fue colgado en la víspera de la pascua".

"Colgado" puede ser un modismo de crucifixión –así se usó en el Nuevo Testamento (Gá. 3:13; Lc. 23:39). Este pasaje describe a los judíos queriendo que Jesús fuera apedreado (¿presumiblemente en conformidad con la ley mosaica?), pero menciona que efectivamente fue colgado. La explicación de esto se da en la descripción del Nuevo Testamento acerca de cómo los judíos tenían que usar la ley romana para efectuar la muerte de Jesús –la cual habría sido por medio de la crucifixión.

El Sanedrín 43a también describe cómo cinco discípulos de Jesús fueron sentenciados a muerte, mostrando de nuevo que los judíos habían creído tradicionalmente en la existencia del Jesús histórico. En Sanedrín 106b incluso dice que Jesús tenía 33 años cuando murió; exactamente como lo requiere el Nuevo Testamento. Maier ("First Easter", pgs. 117,118) cita del documento judío del siglo V, "Toledoth Jesu", que afirma que los discípulos trataron de robar el cuerpo de Jesús después de su muerte, pero que un jardinero llamado Judá se enteró de sus planes y trasladó el cuerpo de Jesús a otra parte entregándolo después a los judíos. Justino Martyr escribiendo el año 50 de nuestra era consigna que los judíos despacharon mensajeros especiales para que afirmaran que el cuerpo de Jesús había sido robado ("Diálogo con Tryfo", 108), y Tertuliano ("On Spectacles", 30), presenta un relato similar cuando escribió en el año 200 de nuestra era.

Entre ellos, estos puntos de evidencia muestran que los judíos de los primeros siglos de nuestra era creían en la existencia y muerte violenta del Jesús histórico.

6. El dramaturgo griego Luciano, escribiendo en el segundo siglo, se burla de los cristianos que "adoran a un hombre hasta este día [el cual] fue crucificado" (Luciano, La Muerte del peregrino, 11-13 en "Las Obras de Luciano", Vol. 4, traducción de Fowler y Fowler).

7. Josefo es el historiador más conocido del primer siglo. En sus "Antigüedades", escrito en los años 90-95 de nuestra era, él menciona a Santiago, "el hermano de Jesús, que se llama Cristo". Él también habla en otra sección del mismo libro en términos que claramente corroboran la descripción de Jesús que se encuentra en el Nuevo Testamento:

"Existió en esta época Jesús, un hombre sabio... Porque era un hacedor de hechos maravillosos... Era Cristo... se les apareció a ellos al tercer día, vivo, tal como los profetas habían predicho estas y otras diez mil cosas maravillosas referente a él".

Tan preciso es este pasaje que algunos han afirmado que es una interpolación. Que a pesar de eso hay razón para usar este pasaje en apoyo de la discusión de que hubo un hombre llamado Jesús de Nazaret, que vivió en el primer siglo, se demuestra por las siguientes consideraciones:

- Eusebio (Historia Eclesiástica, 1:XI) cita esta sección de Josefo.

- Respetados eruditos apoyan esta primera lectura como original, y pueden demostrar que esta sección está escrita en el mismo estilo de la obra de Josefo (véase Daniel Rops, "El Silencio de los Contemporáneos de Jesús", pg. 21; J.N.D. Anderson, "Cristianismo: El testimonio de la Historia", pag.20; F.F. Bruce, "Los Documentos del Nuevo Testamento", pgs. 108,109).

- No hay evidencia textual de que esto sea una interpolación.

-El profesor Schlomo Pines afirma que era casi seguro que la edición arábiga de las obras de Josefo que se han descubierto era la original. El pasaje recién mencionado aparece allí, pero sin las obvias declaraciones doctrinales referentes a la resurrección y Mesiazgo de Jesús que se hizo en el extracto dado anteriormente. Esto parece razonable considerando que Josefo era judío. Pines primeramente hizo públicos sus hallazgos en artículos en "The New York Times", Febrero 12 de 1972, en el cual él cita el debatido pasaje de Josefo acerca de Jesús tomado de la versión arábiga: "En esta época hubo un hombre sabio llamado Jesús. Y su conducta era buena y fue conocido como virtuoso. Y mucha gente entre los judíos y otras naciones llegaron a ser sus discípulos. Pilato lo condenó a morir crucificado. Y aquellos que habían llegado a ser sus discípulos no abandonaron su discipulado. Ellos informaron de que él se les apareció tres días después de su crucifixión y que estaba vivo; en consecuencia, talvez era el Mesías referente al cual los profetas han relatado maravillas".

Este relato concuerda admirablemente con el relato del Nuevo Testamento.


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